La Iglesia Evangélica Luterana en canadá (ELCIC, según su sigla en inglés), está llevando adelante una discusión amplia sobre sexualidad humana. Lo que compartimos con ustedes hoy -un documento de 2005- es uno de los antecedentes del debate actual, en el que los autores consideran el famoso párrafo de la carta de Pablo a los Romanos, capítulo 1 versículos 26 y 27. Agradecemos mucho al Pastor Lisandro Orlov por la traducción.
Aquí un anticipo:
«Algunas y algunos luteranos actualmente creen que teniendo en cuenta que Pablo no piensa en término de “orientación” tal como lo hacemos nosotras y nosotros actualmente, Romanos 1: 26-27 no es directamente relevante para la situación de nuestra iglesia y las personas de orientación gay y lesbianas de hoy. En otras palabras, esta creencia luterana que Romanos 1: 26-27 de que aquello con lo trata es fundamentalmente diferente de la realidad de las y los cristianos gay y lesbianas que viven en una relación de amor comprometido.
A pesar de que muy pocos pasajes bíblicos condenan las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo, la inclusión de personas de orientación gay y lesbianas es ciertamente fiel con el más amplio mensaje del Evangelio y con el radical amor de Jesús para con todas las personas, especialmente con quienes están en los márgenes de la sociedad.
Desde este punto de vista sería posible afirmar que la orientación homosexual, al igual que la orientación heterosexual es un tema adíaforo (un asunto de mínima o ninguna significación teológico)
Las personas gay y lesbianas son pecadores al igual que las otras personas son pecadores y las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo merecen el mismo reconocimiento que las relaciones entre personas de sexo diferente.
Romanos 1 nos puede conducir a nosotros y nosotras (a) examinar la idolatría de nuestra sociedad y en nuestras propias vidas, los momentos en los que hacemos aquellas cosas de este mundo, en lugar de las del Dios Creador, como nuestra preocupación fundamental y (b) al arrepentimiento por las opciones dañinas que hacemos cuando consciente o inconscientemente negamos a Dios. Como cristianos y cristianas conocemos que el Dios Creador es también el Dios de compasión revelado en Jesucristo quien diariamente nos ofrece el perdón y una vida nueva.»
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